1. Alfalfa: (Medicago sativa) Es semejante a un trébol alto con hojas divididas en tres partes; es tan rica en calcio, que las cenizas de sus hojas son casi el 99% calcio puro. Previene la arterioesclerosis; por su rico contenido en clorofila cura llagas y cicatriza heridas. Por su contenido en manganeso, se ha usado en diabéticos que no responden a la insulina. Contiene vitamina A, niacina, ácido pantoténico, biotina, ácido fólico, 16 aminoácidos, todos los esenciales; rica en
minerales y vitaminas, especialmente tiamina y riboflavina, cantidades extraordinarias del complejo B, vitaminas K y C.
Cura úlceras de estómago y duodenales; previene la gastritis, por ello siempre se recomienda su uso regular ya sea en hojas tiernas y frescas, en jugo, en polvo o en germinado. La alfalfa germinada es rica en vitamina E, por lo que se recomienda especialmente a madres lactantes y enfermos.
Las sales minerales presentes en alfalfa hace que la sangre se vuelva más alcalina, lo que reduce los estados alérgicos. Limpia la sangre y ayuda a eliminar las acumulaciones de grasa en articulaciones y tejidos musculares. Disuelve cálculos de vesícula, ayuda a la secreción de orina. Muy efectiva en enfermedades del tratamiento del riñón, vejiga y raquitismo. Sus hojas contienen ocho enzimas esenciales: lipasa (enzima que descompone las grasa) amilasa (que actúa sobre azúcares) invertosa (que contiene la sacarosa en dextrosa) peroxidasa (que tiene
efecto oxidante en la sangre) pectinasa (que forma una jalea real en la pectina) y
protasa (que ayuda en la digestión de proteínas).
2. Ideal para tratar la diarrea
No hay comentarios:
Publicar un comentario